miércoles, 9 de septiembre de 2015

Sociedad de los Incas.

Grupo 2
 
 


Los incas constituyeron una sociedad jerarquizada, en la cual cada persona tenía claramente definido su papel.

Los ayllús.

La población se organizaba en ayllú, que eran grupos de familias que se creían descendientes de un mismo antepasado, que podía ser una persona, un animal o un vegetal al que se le rendía culto. Era una unidad social, económica y religiosa bajo la autoridad del Curaca, que oficiaba de juez supremo, distribuía tierras y organizaba el trabajo colectivo para el Inca.

El ayllú poseía un territorio denominado marca que se dividía en tres partes: una, para mantener al Inca y su familia, funcionarios y guerreros; otra, se destinaba al sustento de los templos y de los sacerdotes, llamadas tierras del Sol y la tercera, se repartía entre los hombres casados para mantener a su familia. Los lotes de los huérfanos y enfermos se trabajaban en forma comunal, lo mismo que las parcelas del Inca y de los sacerdotes. El Inca guardaba parte de los impuestos para alimentar a la población en caso de escasez. Dentro de los valores promovidos estaban: no ser haragán, no ser ladrón y  no ser mentiroso.

Se calcula que en la actualidad hay más de 3000 comunidades de este tipo en  Perú. 

Los grupos sociales.

Privilegiados:

a) El Inca. En la cima de la escala social estaba el Inca, considerado hijo del Sol, un mediador entre el mundo de los hombres y el de los dioses. Era considerado un Dios ordenador del mundo. La esposa oficial del Inca era su hermana, la Coya, con la que mantenía la pureza del linaje solar. Pero, como los demás nobles, podía tener otras esposas secundarias o concubinas. Con el conjunto de hijos y descendientes del Inca, en línea masculina, se constituía su ayllú. A su muerte, este  ayllú quedaba a cargo de su palacio y del mantenimiento de su tradición.

b) La nobleza. La familia del Inca, los jefes de los territorios sometidos asimilados a la familia real, los altos funcionarios y delegados del Inca y los oficiales del ejército formaban parte de la nobleza. El Inca les daba tierras y yanaconas que las trabajaban. Un símbolo de sus privilegios era el uso de grandes pendientes de oro en las orejas, razón por la cual los españoles les llamaron “orejones” cuando los vieron. No pagaban impuestos.

c) Los sacerdotes. Eran sostenidos por la sociedad y no pagaban impuestos.

d) Funcionarios de menor categoría, entre los que estaban los curacas, exonerados del pago de impuestos.

No privilegiados.

a) Los artesanos. Había metalúrgicos, tapiceros, ceramistas, orfebres y los contadores de quipus, que eran seleccionados por funcionarios expertos que recorrían las provincias y los reclutaban por su talento, desligándolos de los ayllús para depender del Inca. Los mantenía el Estado,  pero su trabajo era de exclusivo provecho del Inca.

b) Los campesinos. Eran la mayoría de la población. Debían trabajar las tierras del Inca, del Sol y su lote de tierra.  También debían trabajar obligatoriamente en minas, talleres del Inca, en la construcción de terrazas y canales de riego, así como en grandes obras públicas (como fortalezas, templos o caminos) e integrar el ejército. Eran algunas de las tareas que les podía tocar en la mita. La mita era una forma de trabajo obligatoria y rotativa. Debían pagar impuestos en alimentos, ropas, armas, joyas y otros artículos.  

c) Las acllas. Las niñas más bellas de cada comunidad eran seleccionadas a partir de los 10 años de edad por un funcionario del Inca, para luego de un período de algunos años de preparación en escuelas especiales, ser esposas de los privilegiados, servir en los templos como “vírgenes de sol” o ser sacrificadas.

d) Los yanaconas. Constituían un grupo de sirvientes, próximos a la esclavitud. Estaban por ejemplo encargados de proteger a sus amos, trabajar las tierras del Inca, los sacerdotes o de los nobles a que fue asignado.

e) Esclavos o piñas. Eran prisioneros de guerra o personas que perdieron la confianza del Inca. Realizaban los trabajos más pesados  y ocupaban el último lugar de la sociedad.

 

 

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